En
construcción.
martes, 17 de marzo de 2015
20 LA DESPEDIDA
Ya
había visto y aprendido algo más de lo que nuestra misión logró modificar. Una
nueva humanidad rescatando las cimientes de muchas culturas de todos los
tiempos. Unidos a los que pudieron permanecer en el tiempo gozaríamos de una
nueva oportunidad de coexistir con ciertos problemas de adaptación, pero en
paz. Debido al replicador de materia y a las fuentes inagotables de energía que
abundaban en este futuro alterno no había motivo para alarmarse por una nueva
misión que en cualquier momento pudiese aparecer.
Como
todas las despedidas, el paso se me hacía pesado y a pesar de estar acompañado
de mis dos buenos amigos, sentía una nostalgia por este mundo soñado tan lejano
en el tiempo y en sus posibilidades del que provengo, al inicio del s. XXI.
La
suerte estaba echada y antes de retirarme posiblemente por mucho tiempo, se me
ocurrió preguntar lo que debería hacer para que este proceso pudiera acortar el
proceso de elevarse.
-Oye
Kane, ¿qué me sugieres hacer para conseguir ese loco equilibrio económico el
2050?-, pregunté como quien no quiere la cosa.
16 EL SUPERFUTURO
Ya de
regreso me lamentaba por el sacrificio de Ogul. Todavía me sentía con los
nervios alterados por tanta explosión y luego el terremoto. No sé cómo pero el
atlante se incorporó al plan y lo hizo suyo, contra todas las expectativas. Ni
siquiera estábamos seguros que el plan iba a funcionar. Nunca escuché que
dijera algo que nos pueda servir. Sinceramente aún mi mente no procesaba que el
plan había funcionado.
Ya no
sentía el mareo, Kane estaba en lo cierto. Después de haber sido achicharrado
innumerables veces, mi cuerpo se había acostumbrado al portal y sus
consecuencias.
-Kane,
¿qué habrá sido de Ogul? ¿Lo volveremos a ver?-, pregunté.
-Al
cumplir con nuestra misión alguna parte del futuro se ha alterado y no sé lo
que aún se pueda hacer para rescatarlo. Aunque las condiciones para efectuar un
rescate son altamente complicadas-, respondió.
Apenas
despertaba del shock. Miré a mi alrededor. Recién intenté adivinar en dónde
podríamos haber anclado. Eso incluía nuestra ubicación en el tiempo.
Anawi
se adelantó a mis pensamientos. -No tengo la menor idea del tiempo y lugar en
donde hemos caído-, comentó.
Nos
encontrábamos en una playa que se parece a las del sur de Lima, aunque las
arenas eran blancas y el mar esmeralda y transparente. Parecían playas
caribeñas por sus colores, pero no lo eran. Podríamos hablar de Máncora, en el
norte del Perú.
El sol
de la mañana no se veía tan pequeño como el que vimos en los años oscuros y
quemaba un poco. A lo lejos vimos unos nubarrones oscuros acercándose. Mala
señal porque pensábamos que el problema de contaminación se había terminado.
Concluí
que podríamos estar un poco antes de los años oscuros, pero que la
contaminación aún no había copado el planeta. Máncora se ubica muy cerca de la
línea ecuatorial. Sería uno de los lugares que permanecería con su clima y
ecosistema casi intactos. Era una suerte haber caído en este lugar.
15 LA ENERGIA DE LOS ATLANTES
El domo casi se había terminado
de cerrar, cuando el portal cuántico traspasó las paredes de la sala de
controles del reactor, depositando al atlante Ogul frente a nosotros; sin decir
nada se ubicó cerca de la pantalla del radar principal.
Números brillantes empezaron a
brotar por la pantalla de los ordenadores. Al parecer él ya tenía el control
mental sobre aquéllos y buscaba algo de mucha importancia. La pantalla del
radar principal transformó lo que presentaba, ubicando únicamente los cinco
fragmentos con trayectoria de colisión hacia la Tierra. Unos números
aparecieron al lado de cada fragmento visualizado, serían la posición,
velocidad y curso de colisión. También se veían las ciudades para cada impacto.
Nueva York siempre había sido desafortunada para este tipo de destrucciones
masivas. Londres, Moscú, Pekín y Sydney eran los demás objetivos. Los había
identificado plenamente. No sólo era grave la destrucción y contaminación de
estas ciudades. También su entorno arrastraría a otras ciudades importantes al
desamparo.
En ese momento algo pasó y el
reactor empezó a trabajar a toda su capacidad, pues en las otras pantallas
Anawi observó que el porcentaje de energía utilizada estaba en el máximo. De
alguna manera podríamos hacer algo.
Kane entendió lo que Ogul había
alcanzado. –¡Hemos recuperado el reactor!-, exclamó con un sonoro grito.
¿Podremos destruir los fragmentos antes que nos destruyan a nosotros?, preguntó
a Ogul.
Él sonreía porque tenía su
propio plan y se estaría cumpliendo.
-El domo es una protección
contra los ataques que se avecinaban-. Empezó a dar indicaciones.
-Jonás, encárgate del radar principal,
vas a fijar los objetivos antes de cada disparo-.
Yo no veía arma alguna pero me
aposté en donde me había dicho.
Es eso apareció una de esas
pantallas virtuales de las instalaciones de los atlantes. Se dibujaba un
círculo dividido en muchos hexágonos.
-Guillermo, encárgate del escudo
de energía. Cada celda corresponde a una de las del domo. Si alguna cambia de
color significa que se ha debilitado. Tócala y la energía que aún tenemos la va
a reforzar. Si una falla, sus armas nos harán daño. Sé cuidadoso y viviremos-.
-No voy a fallar-, respondió
Guillermo. […]
-----
Ahora el sismo estaba aquí. La
tierra debajo de nosotros empezó a temblar con fuerza. Se hacía difícil
mantenerse de pie sin apoyarse en algún mueble o aparato.
-Prepárense que llegan las armas
nucleares-, dijo Kane mirando fijamente uno de los radares que había detectado
naves que estaban a cincuenta y dos kilómetros. Empezaron a aparecer unos
misiles que iban por delante de la flotilla de naves, que ahora tomaba una
trayectoria de escape.
El domo empezó a cambiar de
consistencia. Los hexágonos desaparecieron y se abría en su parte superior.
-Estamos amplificando el sismo
porque entramos en resonancia. Es el momento de disparar. Jonás, pon tu dedo en
uno de los fragmentos en la pantalla del radar principal. Guillermo, hay un
mando a tu derecha, una vez fijado el objetivo, pulsa ese botón rojo-.
Puse mi dedo en el que parecía más
grande, el de Londres, y di el aviso.
Guillermo presionó por primera vez
el botón y un fulgurante haz de luz salió del radiotelescopio. En mi radar, uno
de los fragmentos explotó dividiéndose en partículas muy pequeñas dentro de la
nube de energía; de seguro se quemarían al ingresar en la atmósfera.
Desapareció de la pantalla. Quedaban solamente cuatro. Mirando de lejos mi
pantalla, Kane volvió a gritar, ahora como vaquero del far west.
-Tengo al segundo, ¡fuego!-, grité.
Guillermo activó el rayo de luz. Anawi y Kane veían de lejos lo que yo tenía
frente a mí. Otro menos.
-¡Ahora quedan tres!-. Esta vez
gritaban Kane y Anawi al unísono.
Kane rápidamente volvió a la
realidad y mirando asustado a su pantalla de radar dijo con vos funesta. –Las
cabezas nucleares están sólo a treinta y cinco kilómetros. ¡¡Hurry up!!
-Fuego-, indiqué nuevamente.
Guillermo despachó otro rayo de energía. […]
-----
Hice la confirmación. –¡¡Fuego!!-.
Algo no iba bien. Poco antes que
Guillermo pulse el botón de costumbre, la coordenada del último fragmento, el
que se dirigía a Nueva York, se movió un
poco. No le daríamos de lleno. De hecho se partió y la parte más grande se redirigió
hacia… nosotros. –¡¡¡Detente, Guillermo!!!-, grité. Demasiado tarde.
La trayectoria no mentía. El
destino final coincidía con nuestra ubicación geodésica. De todas maneras
íbamos a recibir un impacto. ¿Por qué?
Nos quedamos fríos. Uno de los dos
portales detenidos se llevó a Kane y Anawi porque estaban juntos, aparte recibí
la explicación a mis preguntas.
-Esas cabezas nucleares destruirán
la instalación militar pero no el refugio. Ese último fragmento penetrará el
suelo del área 51 entre trescientos y quinientos metros. Nos aseguraremos que
los reptiles no sobrevivan. Ni siquiera los que se encuentran en el espacio-.
Señaló el radar principal y se veía una nave nodriza cruzando el sistema solar
hacia la Tierra a una gran velocidad.
Toqué la pantalla ahora fija en la nave, al
punto que daba la orden. Guillermo destruyó el último indicio de los anunnakis.
No volverían en mucho tiempo y los estaríamos esperando.
-Los proyectiles están muy cerca, a
menos de quince kilómetros, deben irse. Yo me quedo. El sismo va a superar los
10.5 grados. Alguien debe pagar por todas esas muertes-, dijo Ogul.
El domo terminó de cerrarse y
aumentaba su espesor.
Nuestros reclamos no sirvieron de
nada. La energía que retenía al segundo portal desapareció y fuimos desalojados
de este tiempo mientras veía cómo impactaban los misiles. El domo resistió las
explosiones. Noté cómo se deformaba a manera de balón desinflado, reteniendo el
calor infernal y la radiación en el mismo espesor del domo. No duraría mucho.
En todo caso, el último fragmento del asteroide destrozaría todo sin piedad.
14 LA DEFENSA DE LA TIERRA
Era
una reunión de emergencia, todos los miembros de estado mayor se encontraban
esperando al presidente. Apenas éste llegó, se instaló en la silla reservada
para él.
-Señores,
sé que no tenemos tiempo. Debemos ser breves y concretos para reaccionar
adecuadamente y lo más pronto posible. ¿Alguien que me explique el estado de
cosas?-.
Uno de
los uniformados, que sería el ministro de defensa, explicó. –Hace unos meses
detectamos un asteroide ingresando al sistema solar y que pasaría cerca de
Júpiter. Debido a los informes de los satélites en órbita, su composición contendría
nuevos materiales radioactivos que convendría estudiar. Calculando su
trayectoria, pasaría relativamente lejos de la Tierra. Si bien iba a pasar
cerca de Júpiter, no pensamos que se iba a fraccionar. Como eso ocurrió, cinco
de los fragmentos más grandes nos van a impactar en un par de días. Lo peor de
todo es que nuestra instalación en el área 51 se encargaba de mantenerlo en una
trayectoria inocua. Como era un experimento militar encubierto, no podíamos
afirmar ni negar su trayectoria, a pesar que muchos aficionados detectaron que
desde Mohave se estaba alterando su destino en una mínima proporción. Pero al
ver que las trayectorias de los cinco fragmentos están en curso de colisión con
la Tierra solicitamos las explicaciones del caso al mando a cargo de la
instalación militar; intentamos comunicarnos sin éxito. Nuestros ‘amigos’ que
nos han apoyado desde hace muchos años a mejorar la propulsión de nuestras
naves espaciales, en el área 51, han decidido destruir parte del planeta. Sus
consecuencias iniciales son desastrosas. El orbe se sumirá en tinieblas casi
por completo en pocos días-.
-¿Cuál
es el plan de contingencia?-, preguntó el presidente.
-Debido
a que es el único reactor de ese tipo, no contamos con ningún sistema
disponible que pueda desviar los fragmentos. Acondicionaríamos algunos pero el
proceso tomaría un tiempo que no tenemos-.
-Pero
¿cómo pudo pasar esto? ¿Nadie anticipó este golpe?-.
-Llevamos
más de doscientos años de cooperación. El asunto del asteroide es uno de varios
que se han atraído hacia la tierra para su estudio y para aprovechar sus
componentes en generar tecnologías más avanzadas. En todos esos años se ha
logrado mejorar las velocidades y los viajes a otros planetas se han hecho
mucho más cortos. Nadie anticipó que esto iba a pasar-.
-¿Y
por qué es especial este asteroide? ¿Los anteriores no fueron útiles?-.
-Si lo
fueron pero este es muy especial. Viene desde muy lejos y los materiales que lo
constituyen nunca han sido identificados en cualquier otro que hayamos
alcanzado. Son componentes radioactivos de muy alta energía y generan mucha
radiación. Es un plato fuerte para cualquier estudio científico y tecnológico.
Nuevos combustibles se pueden obtener, entre otras cosas, que mejorarán la
calidad de vida-
13 EL DIA ‘D’ – LA ESPERANZA ES LO ULTIMO QUE SE PIERDE
-Sabemos
de dónde vienes y cuál es tu misión. Tu portal cuántico no ha fallado. Ya
habíamos previsto tu llegada y nos preparamos para que ninguno de ustedes pueda
ingresar aquí sin nuestro consentimiento. Qué gracioso eres Jonás, ¿así que
ahora eres coronel?-. Se refería a la persona y al rango del uniforme que
llevaba puesto, suplantando al Coronel Aylagas.
Empezaron
los golpes. Primero fueron los puños del oficial en mi rostro, mientras los
otros dos me sujetaban. Recuperándome de sus primeros saludos, escuché lo que
venía. Uno de los oficiales me arrancó el medallón, pero la estampa que llevaba
también fue arrancada. El oficial miró la estampa y me la arrojó por la cara,
mientras le entregaba el medallón al militar que dirigía el interrogatorio. Yo
recogí la estampa y la guardé en mi bolsillo.
-Sabemos
que sin ‘esto’ no lograrán rescatarte y estando bajo custodia no podrás alterar
el funcionamiento de nuestro reactor. Debes saber que un campo electromagnético
rodea completamente la instalación militar, no siendo posible que tu armatoste
del tiempo logre introducir a nadie sin nuestro conocimiento-.
Siguieron
los golpes, esta vez uno de los soldados que nos custodiaban me lanzó un
culatazo en la nuca. Era la primera vez que sentía un golpe de esa naturaleza que
me postró de rodillas, aturdido por el intenso dolor.
-Queremos
que conozcas a un amigo nuestro. Gracias a él hemos podido anticipar todos y
cada uno de tus movimientos. Hemos saboteado cada parte de tu estúpido plan. Ni
Anawi ni Kane podrán ingresar aquí, serán atrapados así como tú y después de
nuestro éxito en fraccionar al asteroide y redirigir sus partes hacia la
Tierra, les daremos una butaca muy especial para que sientan cómo serán
destruídos completamente.
Abrieron
la puerta de acero del lugar en donde me tenían recluído y apareció Critias
sonriendo. Nos había traicionado. Por eso no quiso ir a ver a Ogul por segunda
vez. Se daría cuenta que era un traidor. Entendí la desconfianza de Silvia y
los atlantes del s. XXI-. No se puede confiar en aquél que no muestra sus
pensamientos. ¿Cuánta información habría pasado por manos de Critias a estos
reptilianos?
-No te
esfuerces en calcular la dimensión de su traición porque tú acabas de
entregarnos mucha mayor información- Critias es un lemuriano, tal como nosotros
y podemos evitar ser escaneados. A su vez gozamos escaneando la mente de los
demás. Por eso somos los más poderosos. Tu raza no puede competir con nosotros.
Deben ser aniquilados-.
Estas
noticias me caían como baldazo de agua fría. No es que perdía las esperanzas
pero superar este nuevo ‘inconveniente’ sería por demás extremadamente difícil.
¿Mis compañeros del tiempo sabrían qué hacer para ayudarme ante esta novedad?
Mientras
recibía los últimos golpes a manera de despedida, miré a mis alrededores. El
único lugar por donde podía ver algo del exterior era una pequeña rendija en la
parte superior de la puerta. Después que me abandonaron clausurando la prisión
y luego de incorporarme, me acerqué a la puerta para ver si habría algo que me
ayudase a preparar mi huída. […]
-----
En ese
momento un soldado cruzó las puertas, mientras las cerraba con fuerza,
asegurándolas para que no cedieran a los ataques de quienes en muy poco tiempo
vendrían por nosotros. Era Guillermo, quien se alegró de verme trabajando con
otros dos que al parecer serían amigos.
-Guillermo,
ellos son Kane y Anawi y estamos ocupados en desviar el asteroide hasta que no
pueda alcanzar la Tierra. Ese es el plan-, dije rápidamente.
De pronto, las luces de la sala se apagaron,
encendiéndose las de emergencia. El reactor junto con las pantallas de los
radares se había apagado del todo.
-Nos han cortado la energía para el reactor-, dije.
-Anawi,
ubícate en el módulo principal y coloca la fuente de emergencia para reiniciar,
gritó Kane. Anawi después de correr a toda prisa, se tiró al piso y colocó una
pequeña caja que llevaba en una bolsa. Después de hacer un par de conexiones,
confirmó que estaba todo listo.
-¿APS-supply
ready?, dijo Kane refiriéndose al suministro alterno de energía.
-Listo
y operativo-, dijo Anawi.
De
pronto las luces volvieron a modificar su intensidad por unos segundos, al
tiempo que el reactor se encendió y las pantallas de los radares se
reiniciaron.
Como yo estaba a cargo el radar principal, no le
quitaba el ojo. Su alcance era fenomenal porque podía ver al asteroide
relativamente lejos de la Tierra pero bastante cerca a Júpiter. Teníamos muy
poco tiempo para cumplir nuestra misión. Guillermo también se acercó. Le
expliqué qué era cada cosa mientras apuraba a mis dos amigos para conseguir más
energía para no fallar.
-¿Qué fue de Ogul? ¿Nos está ayudando?, pregunté.
-No pudimos sacarle palabra alguna. No llegó a confiar
en nosotros-, dijo Kane.
-¿Estamos solos entonces?-.
-Si-.
La energía seguía desviando la trayectoria del
asteroide, aunque no sabíamos si era suficiente o no. De pronto llegó el
momento de la verdad. El asteroide en mi pantalla explosionó, fragmentándose en
muchos pedazos. El radar principal había seleccionado con un círculo cinco de
las partes más grandes, bloqueándolas de cualquier flujo de energía para
desviarlos. A pesar que obtuvimos mucha más energía, ningún fragmento se desvió
de las líneas virtuales señaladas en la pantalla del radar principal.
-Pienso
que estos ya no son los controles del reactor, por eso no podremos hacer nada.
Posiblemente tengan un centro de control alterno para superar este evento-,
comenté.
-Estás
loco-, dijo Anawi. -¿Cómo sabes eso?
-Si yo
fuera ellos estaría aquí con toda la tropa frente a las puertas, tratando de
derribarlas. Al no haber ruido alguno, este lugar ya no tiene la importancia
que creíamos- Incluso nos estaban viendo por esas cámaras-. Probablemente hayan
terminado de asegurar la trayectoria de los cinco fragmentos y ya no los
necesitan más. Estarán buscando refugio en su ‘bunker’ para evitar el ataque de
las fuerzas aliadas. Estamos ‘hechos’-, dije con pesimismo.
Repentinamente
una cúpula de placas hexagonales a manera de cubierta empezó a desplegarse en
círculos desde abajo hacia arriba. No sabíamos de qué se trataba ¿Se habría
activado algo en forma accidental? ¿Habríamos caído en una trampa que estaba
por terminar de cerrarse?
12 UN PLAN MUY SINGULAR
El
lugar destinado a iniciar el viaje era siempre el mismo. Caminé hacia el árbol
que se encontraba en las afueras de la pequeña ciudad y al estar a unos treinta
pasos más o menos, el portal me llevó hacia mi siguiente destino.
Desperté
sentado en una calle empedrada, ubicada en una subida. Al parecer estaríamos en
un pequeño cerro, con casas y calles acomodadas de la mejor manera en las
inclinaciones del lugar.
Me
recuperé de un leve mareo, remanente del efecto cuántico del viaje. Aún sentía
cómo había pasado por el microondas, pero no era tan fuerte como la primera
vez.
Volviendo
a lo que venía a hacer, Critias aún no aparecía por ninguna parte. Como ya
conocía la ciudad y ese barrio en especial, caminé lentamente hacia el lugar
del encuentro. Pasando por lo que sería un mercado, recién pude encontrarlo
mezclado con la gente del lugar. Luego de tomar una manzana y empezar a
engullirla, caminó hasta cruzar nuestros caminos.
-Discúlpame
pero las manzanas de este lugar son extremadamente deliciosas-, decía mientras
volvía a darle un gran mordisco.
-Menos
mal que nadie me dirigió la palabra. El mareo tampoco fue un problema-.
-Tu
cuerpo ya se ha acostumbrado. A pesar de haber viajado dos y media veces más
que cualquiera de tus viajes, ya no te molesta tanto. Eso te ayudará mucho al
llegar al área 51. Te dará reacción inicial al momento de llegar-.
Seguimos
caminando hacia arriba. Varios niños se encontraban jugando con una pelota,
evitando que se vaya cuesta abajo por el camino empedrado; algunos la pateaban,
otros la empujaban con las manos.
-Esto
que ves es lo que se considera un orfanato. Estos niños se ven felices porque
aquí la sociedad les ha hecho un lugar en sus vidas. Esas señoras que ves por
allá y que cuidan de los más pequeños son las encargadas del lugar. A pesar que
aquí la violencia casi no existe, ellas toman nota de cualquier extraño. No te
preocupes, yo ya tuve el placer de presentarme como un pequeño comerciante y
viajero. Después de hacer a escondidas una pequeña donación de alimentos,
siempre soy bien recibido. Aquí se considera una muy buena costumbre ayudar al
mantenimiento de los niños y jóvenes que han quedado huérfanos. Las personas
voluntarias dan de su tiempo para atenderlos, enseñarles y hasta jugar con
ellos. Todos son hermanos mientras viven aquí. Ese es el sustento que hizo
grande a los atlantes, la solidaridad-.
Mientras
las señoras saludaban a Critias con la mano –yo también lo hice- continuamos
cuesta arriba hasta llegar a lo que parecía una pequeña escuela. Sillas para
niños, juguetes amontonados en la parte posterior, un joven solitario revisando
apuntes en lo que serían pergaminos. Critias se adelantó, presentándome a Ogul,
quien lo reconoció de inmediato. No contaría con más de veinte años, algo más
alto que yo y de piel quemada por el sol tan cálido y permanente en esta zona
que sería el Caribe. Sonriendo se le acercó y lo abrazó como a un viejo amigo.
Yo los miraba tratando de poner mi mejor cara, pero de hecho que sentía una
gran curiosidad por el cuadro que presenciaba. ¿Serían amigos de siempre?
Bueno, para bien de nuestra misión eso debía parecer. Me presento a su amigo
mientras le daba una explicación en idioma atlante, del que yo conocía muy
poco. Cuando terminó de hablarle de mí, el rostro de Ogul había cambiado.
Llevaba entre asombro y algo de molestia, pero no hacia mi persona pues miraba
de reojo el pergamino. Sabía algo de lo que veníamos a hacer; Critias se
encargó de darle el toque final. Después de un breve silencio, Ogul se presentó
diciendo solamente su nombre, dándome la mano y cogiendo mi antebrazo en ese
momento. […]
-----
De
pronto fui atravesado por el portal de microondas y quedé transportado a lo que
sería una instalación mucho más moderna que el pueblo que acababa de abandonar.
El ambiente era pequeño, por lo que pensé que no era público. En las paredes se
encontraban colgadas unas pantallas semejantes a las que vi en Qumram. Por
alguna razón tenían cierta similitud, pero pensé que se trataría solamente de
una coincidencia por facilidad ergonómica.
No me
atreví a tocar nada, ni siquiera a pensar en cómo funcionaría porque sospechaba
que se podría activar algún dispositivo. Me limité a mirar. También había una gran
mesa de reuniones, ahora vacía. Me interné un poco más en esta sala, sin perder
de vista el lugar en donde había aparecido junto con las señas que me
permitirán ubicarlo con precisión. De pronto escuché una fuerte discusión en
uno de los apartados de la sala. Me acerqué con cuidado que no me viesen, para
ver lo que estaría ocurriendo. Asomé mis narices por una puerta que se
encontraba abierta y de donde venían las voces. Me encontré nuevamente con
Ogul, quien después de cruzar gritos con su interlocutor, cortaba la
comunicación que se efectuaba a través de una pantalla virtual. En eso voltea y
se queda petrificado. Me había reconocido, de eso no había la menor duda.
Se me acercó con cierta desconfianza, aún no se recuperaba del colerón
recibido. Me imaginaba que se estaba ordenando al equipo de la defensa iniciar
el ataque a los lemurianos sin efectuar las pruebas iniciales, mientras que él
se oponía rotundamente. Ya nada se podía hacer, la suerte estaba echada.
Rápidamente
cogió unos cristales que miró a contraluz para verificar algo. Sólo una docena
fueron introducidos en una bolsa de tela que llevaba con él. Dio una última
mirada a todo el equipamiento desarrollado, a las pantallas interactivas que
ahora se encendían con colores brillantes a manera de advertencia y a los
controles en la mesa de operaciones en donde abundaban los cristales
incrustados en la misma, que ahora se iban encendiendo uno tras otro. Sí, ya se
había iniciado el ataque. En poco tiempo lograrían despachar a sus enemigos al
fondo del océano Pacífico, pero no podrían controlar la energía y sus efectos
se volverían también contra ellos. Nada se podría hacer, la decisión tomada era
irreversible. Luego que terminó de ver el proceso iniciado, giró hacia mí. Me
tendió la mano como la primera vez que lo visitamos y le hice una seña para que
me siguiera. No estaba nada contento, un aire de frustración y enojo lo
describían por completo pues lo habían traicionado. Le pasé un medallón
adicional indicándole que se lo colocara al igual que el que yo llevaba puesto
pues no había mucho tiempo.
Una
vez que se lo puso nos paramos en donde aparecí al llegar a este tiempo. Los
pasos de personas apuradas se escuchaban, pero un suave cosquilleo en el pecho
me anunciaba nuestra partida, era el portal cuántico que venía por nosotros. En
ese instante un terremoto empezó a sacudir las instalaciones atlantes y se
amplificaba en forma desmesurada. A pesar que en mi patria había vivido una
veintena de sismos -la cuarta parte fueron muy fuertes-, este no daba tiempo
para nada, crecía y crecía hasta que por fin el portal nos llevó nuevamente a
Qumram.
Apenas
llegamos pude ver que nos estaban esperando con mucha ansiedad, porque apenas
determinaron que éramos dos personas escuché un grito al unísono. Nuestro plan
seguía cumpliéndose tal como fue concebido. Ogul fue llevado hacia Qumram
mientras que yo me quedaba solamente con mis dos amigos, quienes me pidieron
les cuente lo que había ocurrido. Acepté una cerveza helada para celebrar
nuestro éxito parcial, pero aún faltaba mucho por recorrer.
11 EL AREA 51
En las
profundidades de la instalación militar encubierta se desarrollaban a diario
operaciones de monitoreo y control de resultados. Con la tecnología existente
se calculaba la trayectoria del asteroide, corrigiéndola cada fracción de
segundo, según la velocidad de los ordenadores. Se gestaba una reunión de gran
importancia, dada la coyuntura de ese momento. Se había solicitado al personal
de más alto nivel científico una reunión con el mando militar supremo de la
instalación. Una vez reunidos se llevó a cabo una exposición de lo que habían
logrado detectar. Las personas se conocían entre ellas y compartían una
confianza en el trato, aunque respetando las jerarquías existentes. El oficial
de mayor rango presente, que era un general del ejército norteamericano,
procedió a saludar después de verificar la asistencia de todos los convocados e
inició las conversaciones.
-Bueno,
en esta reunión queremos el informe acerca del progreso del avance de los
planes para contrarrestar nuestro objetivo, ¿quién empieza?-.
Uno de
los científicos presentes tomó la palabra. Después de poner al corriente a los
presentes con los antecedentes de la última reunión, comenzó con el informe.
-Hemos descubierto que la naturaleza de la energía que nuestros
enemigos conocen, en teoría puede ser utilizada para remover grandes cantidades
de materia. Podrían destruir nuestro amplificador de energía, anulando el plan
de atraer al asteroide y sus fragmentos. ¿Por qué hasta el momento no lo han
hecho?, no lo sabemos. Tampoco sabemos por qué no hemos sido aún atacados en
forma alguna. Al parecer van a efectuar un solo golpe y no desean que
anticipemos su potencial con operaciones preliminares. Significa que o no
tienen la capacidad de anularnos o lo van a hacer en forma puntual y
contundente-.
Un
corto silencio predominó en la sala de reuniones, hasta que otro oficial
comenzó a hablar.
-Sabemos
que la sociedad del tiempo ha incrementado sus viajes desde el año 2014 en
forma exponencial. También sabemos que se han contactado con los atlantes. Ya
habrían efectuado un viaje a un pasado muy remoto para aprovechar la tecnología
que hundió a los dos continentes. Tenemos bien claro que su objetivo es
aprovechar nuestras instalaciones para desviar o destruir el asteroide antes de
que sus partes lleguen a la Tierra-.
Con un
leve movimiento de la mano hizo bajar una pantalla virtual en la que se
mostraba graficado el plan que pretendían contrarrestar y las medidas que se
tomarían para lograrlo. El mismo oficial describió el panorama.
-Entendemos
que van a actuar en este punto -señalando el reactor central, que tenía la
forma de un radiotelescopio-. Una vez allí deberían colocar una fuente de
energía que pueda distorsionar el trabajo del reactor hasta que se desvíe en
forma significativa la trayectoria del asteroide y ya no sea de cuidado.
-¿Qué
medidas se han tomado para la defensa? ¿Acaso no es posible que ese plan tenga
alguna variante que no se haya analizado?-, interrumpió con impaciencia el
general.
El
científico que había iniciado la reunión volvió a opinar. –Nuestra defensa
tendría problemas para detener la misión de la sociedad si es que logran
acceder al reactor. Por lo tanto la base ya está protegida mediante un campo
magnético, las ondas gravitacionales que curvan el espacio-tiempo no la pueden
atravesar. Hasta podemos ubicar por dónde intentarían ingresar. Es decir no
podrán lograrlo en forma encubierta; deberán hacerlo en un ataque o incursión
convencional-.
El
general volvió a preguntar. -¿Y qué me dicen del movimiento de tierra? ¿Pueden
socavar nuestras instalaciones hasta destruírlas todas? […]
-----
-¿Sería posible que mediante el uso de esas ondas
gravitacionales del espacio-tiempo, provocar movimiento de materiales
subterráneos para generar un sismo de gran magnitud?-.
-Se puede generar un sismo de regular intensidad a
medida que extraigan mayor cantidad de material del subsuelo en un lapso muy
corto de tiempo. Pero el refugio fue diseñado tomando en cuenta que estamos en
una zona sísmica. Las estructuras nos permiten resistir movimientos telúricos
de hasta 9,5 grados en la escala modificada de 10 grados de Richter. Ningún sismo registrado en la historia
siquiera ha superado los 9,2 grados. Generar un sismo de esa magnitud aquí
mismo requiere de una inmensa cantidad de energía -.
-¿Por qué dice aquí mismo?-, preguntó el general con
curiosidad.
-Porque generarlo en la falla de San Andrés requeriría
de mucho menos energía. Sin embargo las consecuencias de un gran sismo en ese
mismo lugar llegarían aquí con dos grados menos. Estamos cubiertos totalmente.
Claro que para un sismo de esa magnitud, California sería destruída en su
totalidad-.
-Eso no nos incumbe. Desde que fue declarada en
quiebra, quedaron a la deriva. No presenta importancia alguna-.
El jefe de científicos respondía a todas las
inquietudes que se ponían en discusión, de tal forma que el ánimo de los
presentes iba mejorando progresivamente. En algunos casos provocaron la
aprobación de los asistentes que desde el inicio de la reunión se habían
mostrado bastante escépticos. Mientras continuaba con sus explicaciones los
asistentes se iban relajando, algunos se desparramaban en sus asientos.
-¿Qué ventajas le daría a la sociedad del tiempo el
hecho de contar con las armas de los atlantes? Ellos provocaron sismos que
hundieron los dos continentes. ¿Qué seguridad tenemos que no logren replicar lo
mismo en el área 51?-.
-Sabemos que ambos continentes se hundieron porque los
vestigios se han ido encontrando en los fondos marinos desde hace dos siglos
atrás, pero que se hayan hundido por la mano atlante, eso no se ha comprobado.
Es posible que se hayan hundido en tiempos diferentes y por muchas mismas
causas. Cataclismos, colisiones de asteroides de gran tamaño, la deriva
continental que destruyó los continentes en donde se juntan las placas
tectónicas... En fin, existen muchas causas científicamente válidas De otro
lado, los atlantes venían usando cristales de cuarzo y de otros materiales para
acumular energía de todo tipo para luego irradiarla y/o aprovecharla para sus
propios fines: medicinales, industrias, diversiones, etc. Pero creer que dos
continentes puedan desaparecer por este tipo de energía, carece de fundamento
científico.
10 EL RESCATE DE LA TIERRA
Ingresamos
a un gran salón en un sótano de la pequeña ciudad de Qumram. Se encontraban
reunidas una veintena de personas, de las cuales solamente conocía a Kane,
Anawi y Critias. Algunos de los presentes estaban en plena conversación cuando
los interrumpimos. Cada quien se sentó en alguno de los sitios dispuestos
alrededor de una gran mesa y unas pequeñas pantallas virtuales aparecieron en
ella, de tal manera que cada asistente poseía una, menos yo.
Me invitaron a sentarme a un
costado mientras un anciano tomaba la palabra. De pronto apareció otra pantalla
más grande a un costado de la mesa y orientada para que yo vea cada detalle del
plan por ejecutar. Los que lo deseaban, por comodidad nos seguían desde sus
propios dispositivos.
El anciano se presentó como
Ezequiel y señalando la gran pantalla empezó su explicación. […]
-----
Ezequiel volvió a mover la mano y
mientras desaparecía la ciudad atlante, el área 51 ocupaba su lugar. El zoom
permitía un acercamiento lento con el fin de que yo pudiese grabar en mi
memoria la apariencia de al menos los edificios más importantes y me pueda
orientar hacia el reactor.
-Este es el reactor. Tiene el
aspecto de un radiotelescopio y de hecho lo es, pero está adaptado para que por
medio de él fluya la energía que atraiga al asteroide y que, para nuestra
fortuna, puede ser desviado distorsionando la energía que dispara. Hemos
calculado la cantidad de energía capaz de desviarlo hasta que ya no constituya
una amenaza para la Tierra y estimamos que tenemos la suficiente cantidad
mientras el asteroide no haya sido fragmentado. Si esto ocurriese sería muy
difícil anularlos a todos y de hecho uno que otro nos impactará. El mal va a
ser menor pero de todas maneras tendríamos una era glacial en curso, una
inversión magnética en ciernes y el daño irreversible a nuestro genoma-.
Mientras señalaba un punto en las
instalaciones –era el radiotelescopio-. […]
Continuó. –Te vamos a introducir en
el reactor, deberás colocar el medallón que te permite viajar… por aquí
–señalando la pantalla, pareció como si se ingresara por la puerta principal
del reactor y visualizaba una sala de controles como los que usa la NASA para
monitorear sus lanzamientos de cohetes. -Ese tablero que ves –señalaba uno en
especial que parecía un radar detectando objetos voladores- es el radar
principal y les permite monitorear el asteroide. No te puedes confundir porque
está separado de los demás, que tienen menor alcance y se usan para detectar
los aviones que pasan cerca del área 51. Solamente debes esconder el medallón
cerca de él porque la señal de energía es efectiva a una distancia de hasta 20
metros. Mientras más cerca mejor pero debe quedar totalmente escondido. Cuando
se den cuenta de que alguien está distorsionando la energía, no creerán que la
fuente se encuentre dentro de sus instalaciones. Con unas distracciones
adicionales ganaremos el tiempo suficiente para que el asteroide sea desviado
convenientemente antes de su fragmentación. Pero corres el riesgo de capturado.
Podríamos enviar a Anawi para que te acompañe pero eso nos restaría mucha
energía necesaria para desviar al asteroide. Te enseñaremos a manejar el radar
por cualquier caso y debas sabotear tú mismo el reactor. ¿Qué dices?-.
-¿No tenemos un plan B? ¿Qué
pasaría si el asteroide se parte antes de poder desviarlo-, pregunté algo
espantado.
-Si por cualquier caso algo
fallara, enviaríamos a Anawi a hacer el trabajo, pero por cosas de la energía
estaríamos en peores condiciones, haciéndose cada vez más difícil aniquilar la
amenaza. A su vez tu rescate sería complicado-.
-¿Tampoco tenemos
contrainteligencia?-.
-No-.
La verdad es que empezaba a
preocuparme de lo incompleto que era el plan. Solamente contemplaba los
objetivos a lograr pero de nuestra seguridad nada. Es más, el mismo plan de
salvación de la Tierra no contenía información acerca de las fuerzas y armas
del enemigo, ni de sus estrategias para contrarrestar nuestra operación.
Estábamos yendo casi a ciegas, confiados en nuestro amigo Ogul a quien todavía
no le habíamos dicho nada. La incertidumbre era total. Ni siquiera teníamos
idea si ya sabrían de nuestras operaciones y estarían esperándonos ‘con los
brazos abiertos’. No me quejé pero para ser adelantados en el tiempo no
mostraban la menor diferencia frente a una situación extremadamente peligrosa.
8 S. XXI, BUSCANDO A LOS ATLANTES
El
portal cuántico nos dejó en una playa. Después del acostumbrado mareo y de
alejarnos de las palmeras que habían cubierto nuestra llegada seguía
sintiéndome extraño con la ropa que llevaba puesta mientras la mayoría de gente
presente disfrutaba del exquisito clima, casi libres de ropa. Critias empezó a
decirme lo que estaba por ocurrir.
-Estamos
en tu tiempo, enero del 2015. Los atlantes se encuentran en algún lugar del fondo
del mar Caribe, en esa zona que ustedes llaman el triángulo de las Bermudas-,
comentó.
-¿Desde
cuándo están allí? ¿Cómo es que no se les ha encontrado hasta el momento?-, pregunté.
Mientras
caminábamos por la playa se veían las últimas horas de la tarde. Algunas
fogatas se encendieron a nuestro alrededor.
-Ellos
nunca se desaparecieron. Después de una época de tiranías estaban perfeccionando
un nuevo tipo de energía geo-mecánica. Su conocimiento tecnológico les había
llevado a controlar parcialmente la energía de los sismos y estaban a punto de
tener éxito. Ogul fue el científico que desarrolló las pruebas, pero los que
gobernaban las tierras de la Atlántida ya tenían un fin para esta nueva forma
de energía. Deseaban dominar el mundo a costa de la destrucción de su
antagonista, los lemurianos-, dijo.
Ya casi
oscureciendo nos acercamos a la orilla del mar por un lugar algo alejado de las
fogatas y de la actividad. […]
-----
Critias
no decía nada. Solamente me miraba. Le causaría curiosidad mi expresión. Me
daba la impresión que él ya había pasado por lo mismo en otra ocasión. No
mostraba el más leve asombro.
De
pronto el viaje se terminó. La energía que formaba la esfera se desvaneció. Nos
esperaban algunas personas de aspecto bastante normal. Debido a la diferencia
de colores de piel y ojos no podía adivinar de qué continente podrían. Habían
amalgamado varias culturas.
Se
presentó una mujer de unos treinta años, escoltada por su séquito. Critias nos
presentó.
-Jonás,
ella es Silvia, soberana de Atlantis, encargada del bienestar de su pueblo-.
-Mucho
gusto-, alcancé a decir. Verdaderamente no encontraba palabras para saludar adecuadamente
a un personaje de ficción, hasta hoy.
Silvia
y otros más se rieron con cierto aire de culpabilidad. En el rostro de Critias
se dibujaba una expresión de terror.
-Jonás,
debes ser cuidadoso con lo que piensas porque ellos lo sacan de tu pensamiento.
Esta vez les ha parecido gracioso, no siempre es así.-, dijo.
-Si bien
yo no soy un atlante, tengo esa misma facultad-, agregó.
Alguna
vez me encontré con gente que hacía uso de esa cualidad, aunque es bien difícil
descubrirlos o ponerlos en evidencia pues se escudan de muchas maneras. Para
ellos es una gran ventaja mantener oculta esa característica porque les genera
beneficios, aún a costa de perjudicar a los demás. Al descartar las
suposiciones válidas solamente queda aceptar lo inaceptable: que la mente puede
ser escaneada, condicionada y programada a distancia.
Otra
vez aparecieron sus risas. Ya repuesto, a Critias también le pareció gracioso
mi razonamiento.
-Si es
difícil controlar la lengua, es imposible detener el pensamiento. Lo mejor que
uno puede hacer es decir la verdad, esa sincronía con la mente, los
sentimientos y lo que la lengua dice sin callar. Ese punto de avance moral está
aún bastante lejos de tu civilización-, dijo.
-La
única manera que podemos evitarlo es que pasemos a ver lo que hemos venido a
ver-, dije con suavidad.
Silvia
en persona se encargaría de pasearme por el lugar pues su séquito se estaba disolviendo
a raíz de mi comentario. Critias se despidió levantando la mano. Nos quedamos los
dos solos.
5 MACHU PICCHU Y LA DESOLACION
El
portal cuántico pasó sin previo aviso y la sensación de pluralidad junto con el
‘calor del microondas’ hacían mella en mi resistencia. Esta vez no perdí el
conocimiento. Fueron de doce a quince segundos de agonía. Quedé bastante
mareado pero aún de pie. Apenas recuperé el aliento vi a Anawi quien se me
acercó y nuevamente empezaron las explicaciones.
–Este
es el año 3015. Como verás estamos nuevamente en la Ciudad Sagrada pero aquí todo
es diferente-, dijo con cierta vergüenza.
Me
costó creer lo que afirmaba. Estábamos rodeados de nieve y ya me estaba
congelando. Sin embargo eran las formas de la ciudad que yo conocía y que ahora
lucía abandonada. A lo lejos se veía un sol pequeño con brillo eclipsado por
nubes oscuras que serían de algo tan denso como el humo.
–Como
te darás cuenta nos ha pasado algo extraordinariamente malo. Kane te estaba
describiendo acerca de las eras glaciales y lo que las originaba. Fueron cinco
meteoros que impactaron la Tierra alrededor del 2221. En realidad era uno pero
al ingresar al sistema solar se fraccionó en varios pedazos debido a que pasó
cerca de Júpiter y la gravedad de ese planeta lo aplastó. Cinco de esos
fragmentos nos impactaron y se adelantó una era glacial que debería llegar Dios
sabe cuándo. Los fragmentos de las colisiones se encargaron de crear nubes como
ésas que, tapando el sol, acabaron con la agricultura de muchas naciones.
Solamente un cinturón ecuatorial subsistiría. Luego, a raíz del impacto la
inversión magnética que debía iniciarse en unos cuatro mil años a partir de tu
tiempo, se adelantó. Aunque no lo creas en unos mil años más este lugar será un
polo magnético de la Tierra, será el polo norte–. Anawi miraba resignado a los
alrededores. Se moría de frío.
Salieron
personas de algunas de las chozas rústicamente reparadas. Nos esperaban como
siempre pero debido al frío esperaron hasta nuestra llegada para salir. Nos
dieron unas ropas que nos protegieron mejor del clima pero de todas formas éste
se sentía. Eran condiciones inclementes. […]
-----
Anawi continuó
hablando mientras caminaba. –Cuando el gran meteoro entró al sistema solar hubo
cierta desconfianza pues los aficionados sí lo detectaron, pero no sabían qué
iba a pasar. Los ocultos lo supieron todo el tiempo. Hasta se llegó a pensar
que ellos fueron quienes atrajeron al meteoro y provocaron su fragmentación.
Cuando se detectó que iban a colisionar con la Tierra, quedaba ya muy poco
tiempo. A pesar de que las fuerza militares del mundo lucharon contra su centro
de operaciones en el Area 51 y acabaron definitivamente con sus actividades, no
se pudo evitar esas cinco colisiones. En menos de una semana la vida en la
Tierra se transformó drásticamente. Lo peor ocurrió cuando los desperdicios
nucleares de las armas que derrotaron a los ocultos y los fragmentos
radiactivos del meteoro se esparcieron por todo el mundo.-
Lo
interrumpí. –¿O sea que auto-destruímos la Tierra? ¿Cuánta gente murió en esos
días? ¿Qué cambios en la genética y mutaciones habrán ocurrido? No alcanzaba a
cuantificar todo el daño porque era mayúsculo. Cualquier cosa que me imaginase
en ese momento no era sino una pálida sombra de lo que nos pudo haber ocurrido.
4 EL MUNDO DEL FUTURO
Ni
bien terminaba de decir esto último cuando una estela de luz en forma de
triángulo nos barrió. Era la nueva forma de viajar, conjeturé en mi interior. A
diferencia de la anterior que era suave, parecía que me estuviesen fraccionando
en una infinidad de partículas. Diría yo que cada parte de mi ser tenía
conciencia propia. Éramos muchos, una infinidad. Una fuerte sensación de calor,
se sentía una radiación como de día con mucho sol
pero con una intensidad mucho más alta. Como suponía se sentiría al ser
irradiado por algo similar a las microondas o la fisión nuclear. En no más de
diez segundos perdí la consciencia.
Desperté.
Me vi rodeado de seis personas. Una de ellas era Kane, mi viejo amigo del oeste
americano. No demoré mucho en recuperarme del todo. Me ayudaron a levantarme.
Había estado tumbado en lo que sería un jardín.
-Estamos
en el año 2150- dijo. Yo seguía con ese estupor de los que son despertados a
medio sueño. Caminé pesadamente mientras demoraba en recuperar mis facultades habituales.
-¿Qué te pareció el ‘colador cuántico’?–, preguntó Kane con cierto aire de
burla.
Me
quedaba claro que ese triángulo de energía que nos arrebató del 2015 y que era
la causa de mi lentitud de pensamiento, sería lo que K mencionaba. Entre los
reunidos también estaba Anawi, quien parecía haberse recuperado hacía tiempo.
Sería alrededor de las tres de la tarde.
-Maldito
invento– repliqué con las fuerzas que ya estaban regresando. – Parece que
estuviera con una resaca de días-.
Kane interrumpió:
‘Es normal lo que sientes después de tu viaje. Anawi está acostumbrado porque
su modo de vida y alimentación con las etnias de la selva lo hacen más fuerte–.
Lo
miré de nuevo y efectivamente el charapa no mostraba señal alguna de mareo ni
lentitud al hablar. –¿Y a ti Kane, te afecta el viaje?–, dije volteando la
mirada.
–A mí
me afecta mucho más que a todos ustedes. Debo hacerlo cuando sea estrictamente
necesario– fue su respuesta.
Ahora yo
ya caminaba con mayor facilidad. Me presentaron a los demás. Me dijeron que nos
encontrábamos en un punto intermedio del viaje. El español de Kane me pareció
muy bueno, no salpicado con palabras en inglés.
–¿Por
qué no lo hicimos en una?– pregunté. Se miraron entre ellos como cuando nadie
quiere responder. Uno de ellos, el que se hacía llamar Critias tomó la palabra.
Me pareció que no era ese su nombre pero para mí estaba bien. Era un personaje
algo extraño.
–En
algún momento deberás encontrarte con amigos míos en tu tiempo y sería bueno
que sepas algo más de ellos antes de completar el viaje. Pero no debes saber la
ubicación exacta del lugar en donde estamos. Simplemente lo llamamos ’Qumram’–
acotó Critias.
–¿Por
qué nos hemos ido tan lejos y para un lugar sin problemas?–, pregunté con
extrañeza.
Kane
inició con las explicaciones. –Qumram es un punto intermedio, un lugar de nadie
y un tiempo bastante pacífico. Un espacio para vacaciones y para poder
planificar sin ninguna premura–. Aquí se pasa la mayor parte del tiempo. La
mayoría de la misiones se han cocinado desde aquí. […]
------
-Petróleo
y gas todavía hay. Las reservas están agotándose pero hay. Lo que ocurre es que
la industria se mueve con otros tipos de energía. No solamente las renovables
como solar, eólica, geotérmica y mareomotriz. Al final del s. XXI se desarrolló
algo que se llamó fusión en frío. No corresponde a esos experimentos fallidos a
finales del s. XX sino a una nueva tecnología que conjuga materia oscura y
generación de nuevos compuestos químicos, pero a nivel microscópico. El calor
generado es aceptable y se pueden replicar muchas estructuras atómicas
similares a los hidrocarburos. El petróleo fue reemplazado por petróleo
sintético-, dijo Kane.
-Claro-,
dije, -y así continuamos contaminando el planeta al doble de la velocidad con
que lo hacíamos en mis tiempos. ¡Bravo, felicitaciones! ¡Linda solución!-.
Kane
continuaba explicándome lo que ocurrió con la serenidad del caso. –El proceso
es reversible. Así como se crean hidrocarburos, también se pueden degradar. Los
costos iniciales eran elevados y mientras las energías renovables dominaban el
planeta, se hacían experimentos para limpiar la atmósfera. Recién por estas décadas
se ha masificado la tecnología de limpieza atmosférica. Justo cuando el
petróleo se estaba realmente por terminar. Pero el gran detonante para que las
energías renovables reemplacen al petróleo fue un tema de costos. Nuestro
trabajo en tu tiempo sirvió para que se conozca este tipo de energías que no
contaminan el planeta y sean utilizadas por todo el mundo. Sin embargo su uso
se generalizó al empezar a ser altamente rentables. Esto tomó otros cincuenta
años más, hasta el día de hoy-.
Mi
mente disparaba pregunta tras pregunta sin parar. Era un diálogo ágil porque
siempre había una respuesta y la información recibida y procesada conllevó a
preguntas más profundas.
-No me
imagino como un bicho microscópico puede limpiar una atmósfera tan grande como
la que tenemos. Ni un trillón de ellos podría limpiar siquiera un poco de aire.
Aparte de extensa, la atmósfera tiene un espesor de varios kilómetros. Es mucho
volumen para recorrerlo a la captura de partículas que podrían estar muy
dispersas-, afirmé.
Su
respuesta no se hizo esperar. -Esos bichos o micro-drones que mencionas
proyectan un aura luminosa cuya energía va generando con el carbono que
encuentra, compuestos orgánicos más pesados que van cayendo a los niveles inferiores.
Estos compuestos no generaban contaminación. Los nuevos modelos de drones generan
materia orgánica que da vida en lugares adonde caen. Mira a tu alrededor.
¿Cuándo el desierto del Sahara se vería así?-.
Tenía
razón. Una tenue vegetación caracterizaba toda la extensión de terreno que nos
rodeaba, hasta donde se perdía de vista. Me agaché para cogerla y
definitivamente era materia viva. No era el pasto conocido por todo el mundo
pero estaba lleno de vida. Fibras cortas y delgadas constituían el césped del
desierto. Al recordar que los modelos eran nuevos comprendí que el proceso
tendría muy poco tiempo de iniciado.
-¿Y la
capa de ozono? ¿Hemos dejado de destruirla?-, dije.
-Mira-.
Señalando al cielo, me respondió. –Hemos replicado la generación de ozono con
la misma tecnología. En tu tiempo ya había producción de ozono, lamentablemente
se daba junto a procesos de soldadura o fotocopiado. Hemos replicado lo que era
útil de aquéllos, logrando recuperar la capa. La radiación aquí en el desierto
y en otros lugares en donde la capa era delgada, ya no acaba con la vida
después de hacerla más gruesa. Pero también es necesaria la preparación de
suelos para recibir y germinar toda la materia orgánica generada en los cielos-.
-¿Por
qué aquí y cuál es el alcance del proyecto?-, pregunté.
Kane
absolvía a todas mis preguntas -Aquí nadie se opuso. No tenían nada que perder.
Cuando concluyeron con éxito los primeros experimentos en campos con esta
materia viva distinta pero resistente al desierto y se ofreció bajar la
radiación, nos pidieron intensificar las pruebas aquí y éste es el resultado.
Muchas naciones que habían depredado sus tierras y bosques se interesaron. Hoy
en día una mayoría de países ha adoptado el sistema. Incluso hay muchas
fábricas en los cinco continentes-.
3 MOTIN ACHUAR, LA CAPTURA DE JONAS
Realmente
sí que estaba en problemas. Detenido y sin señal de teléfono no pude
comunicarme con nadie. La delegación era pequeña y la cantidad de efectivos era
tanta como una gaviota para una isla completa.
Aún
seguía contrariado. La piedra estaba completa. Yo tenía el jade y los segmentos
de oro bien escondidos en casa pero cómo habían llegado hasta aquí… Recordé
acerca de las sorpresas que la piedra podía fabricar y no quedaba otra
explicación. Por alguna razón se había completado y me incriminaba como
saqueador de tumbas. Nadie entendió que se trataba de una piedra que encontré
en el camino entre Arequipa y Cusco. Cuando me preguntaron si el oro crecía en
la puna, no supe que responder. Tartamudeé un poco sin poder articular algún
argumento razonable. Se rieron de mi expresión y me detuvieron. Ahora a pensar
el motivo que tuvo la piedra para hacer esto.
Después
de un par de horas sin poder inventar una explicación coherente para lo
sucedido, al menos la calma se había apoderado del lugar. Esperábamos al
teniente a cargo de la delegación. El parte estaba casi terminado, solamente
esperábamos al oficial para responder algunas preguntas acerca de dónde había
conseguido todo. Si sospechaban que mentía, me esperaban grandes tribulaciones.
Yo
pensaba que las cosas no podían ponerse peor cuando el lugar comenzó a
alterarse. Los guardias hablaban entre ellos acerca de no tomar acción, que
debían demostrar tranquilidad en todo momento.
Por
entre las rejas de mi nuevo apartamento logré ver parte de una incursión de
nativos armados con lanzas que habían ingresado al lugar. Al parecer tenían
rodeada la instalación policial, porque eran demasiados y querían algo. Ese
algo era yo. Al parecer la piedra, el oro y el jade tenían un significado
mágico para ellos y deseaban llevárselo junto conmigo. Algo les había
fastidiado porque ante la pacífica negativa de los encargados, los nativos
habían levantado sus lanzas en una forma poco amistosa, apuntando al escaso
personal policial.
Alguien
abrió la reja pidiéndome que salga. En su rostro veía la expresión de quien no
sabía qué pena era peor: si estar detenido y procesado por la justicia o ser
capturado y procesado por los achuar.
Mientras
salía del lugar me rodeaban los nativos, conduciéndome hacia la selva. A través
de un sendero íbamos desapareciendo ante la mirada atónita de mis captores
iniciales que solo atinaban a rascarse la cabeza.
Los
achuar no me trataron en mala forma. Muy por el contrario me advertían de las
imperfecciones del suelo y de algún peligro como las serpientes y otras
alimañas propias de la selva. Me invitaban agua porque el calor era
insoportable. Después de tres horas de caminata llegamos a lo que sería un
pequeño caserío. Tan rústico como su apariencia. Determiné que esa zona era
prohibida para cualquiera que no fuese de su tribu. Aquí no llegaba nuestro
estado peruano ni el largo brazo de la ley. Estaba en sus manos.
No entendía
nada de lo que hablaban. Me condujeron hacia una choza pequeña mientras un
montón de curiosos de su etnia me miraban y también miraban a la piedra, que
estaba adentro ahora completa. Sentía su miedo y me produjo cierto temor saber
que se podía salir de control.
Sentí
por detrás de mí una punta de lanza que hincaba mi espalda. En ese instante pensé
lo peor. Al llevar la piedra con el jade y el oro habría estado robándoles algo
que les pertenecía y ahora iban a hacerme pagar por eso.
Instintivamente
volteé y encontré algo insólito. Anawi era el de la lanza. No lo esperaba ni en
un millón de años. De pronto todo tenía sentido. Sería el momento de sellar la
piedra y viajar a otro tiempo porque debía hacerse ya.
Más
tranquilo, volví a sentir el poder de la piedra. La visita a este punto casi
olvidado del mundo en donde sólo esta etnia constituye la nación, no era
casualidad. Esperaba hacer mis ventas de todas maneras pero todo eso pasó a un
segundo plano. Ahora concentrémonos en la nueva misión.
-Hola
Jonás. ¿No te habrás asustado con nuestra recepción al estilo Achuar?-, dijo
Anawi mientras soltaba una carcajada. Todavía asustado respondí que se habían
pasado de la raya, que ya no se trataba de una broma pesada.
-La
piedra es la única que debería estar molesta. No has hecho caso de su invitación-,
agregó.
-No
deseaba sellar la piedra, extraño a mis amigos-, dije.
-¿Quién
dijo que debías sellar la piedra? Debes hacer un viaje al futuro y la piedra no
te servirá más. Es un prototipo. Las cosas van a otra velocidad, respondió.
La
verdad no esperaba todo esto. Pregunté: ¿No era lo que el Señor del Tiempo
quería?
Anawi
continuó: ‘Esperábamos que te acerques a la piedra y que coloques su parte
superior completa. Al sellarla inmediatamente irías al futuro. Pero previamente
debías llevar el mensaje a muchas personas y autoridades como quedaste con el
señor del tiempo, tal cual hiciste. Eso lo sabemos todos los que dejaste en el
Cusco, la última vez que nos vimos’.
-¿Cómo
es que se viaja de la nueva manera? ¿Será con otra piedra similar a esta o es
la misma que se partió en dos?-, pregunté.
Anawi
me mostró un medallón que llevaba en el cuello. Era como un placa circular con
la figura de nuestra piedra grabada en relieve por ambos lados. Acto seguido
sacó otro igual de una bolsa que llevaba al hombro. Me lo entregó.
-Póntelo
de inmediato para que no te pierdas de lo que viene. Viajar al futuro es algo
más sencillo pero tiene sus bemoles-, dijo mientras se reía.
Me puse
el medallón. Luego empecé a contemplar cada detalle. La hechura metálica, los
motivos grabados al igual que el original. El disco era algo grande para ser un
medallón pero era bastante ligero. Por el color estaría hecho de cobre pero al
ser muy liviano dudaba que estuviese hecho de ese metal.
Empecé
a preguntar por K, por Túpac, Cahuide y otros más.
2 AVENTURAS EN ANDOAS – Enero 2015
Nos llamaron de improviso. Se
trataba de una empresa de servicios de instalaciones, montajes y perforaciones
que operaba en la selva peruana. Les habíamos suministrado anteriormente un juego
de corona y piñón para una de sus camionetas y desde entonces habíamos
incrementado nuestras relaciones comerciales. Solicitaban una visita para efectuar
evaluaciones a fin de utilizar la iluminación con LEDs, nuestros productos
estrella.
El destino se ubicaba en medio de
la selva, en la región Loreto que colinda con Ecuador, en el lote 1-ABX para
ser precisos. El punto más lejano para el desembarque era conocido como
Teniente López, luego debíamos adentrarnos más en la localidad conocida como
Andoas.
Ya me habían advertido que el calor
era inclemente y que podríamos hablar de unos 45ºC a media tarde, razón por la
que debería tomar las providencias del caso para evitar deshidratarme. De otro
lado podríamos cruzarnos con algunas de las tribus que habitan en aquellos
lugares, como los Achuar y otros más. Aunque, según las referencias, eran
bastante amigables y se llevaban bien con las autoridades, no impidiendo las
actividades diarias de aquella compañía ni de otras operando en ese sector.
Por inercia llevaba de paseo la
piedra, no sabiendo porqué debía agregar más peso a mi equipaje. Hubiese sido
mejor sellar la piedra en mi domicilio. De seguro inconscientemente esperaba
una aventura adicional para reunir mayor información acerca de lo que me
esperaba en el futuro o adónde empezaría a buscar a los siguientes servidores
de la piedra. No llevaba conmigo los segmentos ni el jade por seguridad.
Llegamos a Teniente López. Hacía un
calor del infierno, sobre todo para un limeño que no suele sufrir climas de más
de treinta grados. No era el único que llegaba. Aprovechaban los convoyes de
suministros para acomodar a algunos visitantes que como yo ofrecían sus
productos y servicios in situ.
Empezó a llover. Las gotas caían
con mucha fuerza, parecía que nos echaban el agua con baldes desde arriba.
Menos mal que nos habían facilitado unos impermeables de plástico por donde el
agua resbalaba mojándonos relativamente poco. Avanzamos caminando hacia el
campamento a unos cincuenta metros. Las maletas y muestras venían en un carrito
por detrás de nosotros, convenientemente protegidas de la lluvia.
Luego de acomodarme en un pequeño
cuarto en donde ubiqué rápidamente mis cosas, esperamos a que la lluvia bajara
un poco para conocer a los usuarios finales y junto con ellos poder iniciar el
reconocimiento de la zona en donde se haría el estudio. Mientras tanto nos
invitaron algunos refrescos de la zona, grato premio por las inclemencias del
viaje.
Una vez que desplegué mis vituallas
en el lugar asignado a mi persona, salí al corredor común entre las
habitaciones de nuestros anfitriones. Encontré grata conversación al departir
acerca de cada una de nuestras actividades y experiencias con los demás
invitados.
De pronto la conversación se detuvo
en las tribus de aquella localidad, algo poco conocido por la mayoría de
paisanos. Los Achuar eran una de las etnias predominantes del lugar. Que hacían
esto, que hacían aquello. Yo escuchaba con curiosidad cada detalle pues me
interesaba de sobremanera debido a que posiblemente la piedra tendría
determinado un encuentro con ellos o cualquier otra etnia del lugar.
Ya habían establecido nexos con las
compañías de servicios para la exploración y explotación petrolífera. En un
inicio se habían desarrollado con cierta desconfianza y hasta hostilidad pero
después que las compañías se habían comprometido a apoyar a los lugareños y a
no contaminar ni destruir innecesariamente la selva en su entorno, se había
llegado a algunos acuerdos favorables para la coexistencia de las operaciones
con la vida diaria de aquéllos. Todo se encontraba en relativa paz, incluso
cuando las compañías se atrasaban en el abastecimiento de lo ofrecido
–medicinas entre otras cosas– los nativos se acercaban hasta las operaciones
para preguntar por el atraso. No había nada que evidencia agresiones o ataques.
Aunque últimamente se encontraron
indicios de que se estaría generando un gran conflicto. Los nativos estarían
cansados de ver cómo el lote cambiaba de propietarios y siempre escuchaban las
mismas promesas por parte del estado peruano de eliminar la contaminación
acumulada por más de treinta años. Los pasivos ambientales estaban ahí sin que
a nadie se le ocurriese mover un solo dedo para corregir esta consecuencia de
enriquecerse dejando la casa destruída debido a la indiferencia de los
operadores, que progresivamente extraían la riqueza petrolera sin importarles
el deterioro del ecosistema adyacente.
La lluvia continuaba ensañada con
la selva y parecía que no se iría a terminar. La temperatura había bajado
sensiblemente y aunque aún se sentía calor, al menos reinaba una ligera
sensación de alivio.
Habíamos arribado al lugar
alrededor de las nueve de la mañana y siendo cerca de las doce, la lluvia
estaba dando señales de acabar. Nos avisaron que como había un poco de tiempo
antes del almuerzo estaríamos saliendo al campo en diez minutos. Preparé mi
Smartphone para tomar las fotos que me permitieran. Noté que no teníamos señal
de teléfono. Nos explicaron que algunas veces la señal venía nítida, en cambio
en otras oportunidades no había. La lluvia se había transformado en goteo y se
terminó.
Debido a que era el mediodía, nos
solicitaron pasar al comedor para el refrigerio, para tener la tarde disponible.
Al parecer no llovería hasta dentro de algunas horas. El tiempo se presentaba
bastante favorable.
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